Por Rúrion Melo
Presentación a la edición brasileña del libro de Axel Honneth
Axel Honneth, uno de los nombres más importantes de la teoría crítica en la actualidad, presenta en el libro Reificación: un estudio de la teoría del reconocimiento una propuesta sumamente desafiante, innovadora y original. Su objetivo es enfatizar la actualidad del concepto de reificación -central en la historia de la teoría crítica-, para ayudar a comprender las formas actuales de dominación social.
Pero en la visión honnethiana, el concepto revela su potencial crítico por la capacidad de abarcar modos de dominación muy peculiares, no solo vinculados a fenómenos extremos de violencia y coerción (como en guerras y genocidios), sino también vinculados al comportamiento cotidiano (en el entorno familiar, en el mercado laboral, en las relaciones amorosas mediadas por las redes sociales, etc.), y casos más latentes aunque sistemáticos de falta de respeto (Honneth señala ejemplos de racismo y discriminación contra personas, grupos y minorías).
Dicho de manera más elaborada, Honneth busca mostrar en el libro que, con la ayuda de su “teoría del reconocimiento”, podemos usar nuevamente el concepto de reificación para aprehender diversas y complejas experiencias de subjetivación. Y el autor sabe que, para tener éxito en esta actualización conceptual de la cosificación, es necesario reconstruir aspectos decisivos de la constitución y de la fundamentación teórica involucrada. ¿Pero cuáles han sido las referencias de la tradición intelectual conocida como teoría crítica, en relación al concepto de cosificación?
A pesar de su uso extendido, y en gran medida diverso, el concepto de reificación siempre ha buscado destacar la negatividad de ciertos procesos sociales. Sin duda, originalmente la reificación correspondía a las experiencias laborales diagnosticadas en torno a la Revolución Industrial, o a las crisis económicas y sociales que, desde finales de la década de 1920, asolaron Estados Unidos y Europa. También se vinculó a la visión correlativa de la modernización social, estructurada en general por un propósito racional y calculador, que somete el comportamiento humano a actitudes meramente instrumentales, y por tanto impide formas de autonomía y de crítica por parte de los sujetos.
Fue Georg Lukács quien, en su libro de 1923 Historia y conciencia de clase, logró caracterizar este concepto clave a través de una importante combinación de temas tomados de autores como Karl Marx y Max Weber. Lukács influyó decisivamente en la recepción marxista de la teoría weberiana de la «racionalización» como una expresión ampliada de la cosificación social. Y el desarrollo posterior del concepto estuvo marcado por su grado de racionalización y generalización: los principales nombres de la teoría crítica -entre los que están Max Horkheimer, Theodor Adorno y Jürgen Habermas- identificaron en sus diagnósticos fenómenos de cosificación cada vez más amplios o diversos, a los que las sociedades racionales modernas estaban sometidas.
La actualización del concepto de reificación emprendida por Honneth comparte con esta escuela de pensamiento la idea de que la teoría crítica aún tiene la tarea de comprender las formas de dominación inscritas en nuestras prácticas sociales. Pero el interés crítico-emancipatorio original de la teoría debe realizarse hoy a través de nuevos medios conceptuales, de nuevas estrategias teóricas de fundamentación, y de la observación empírica de nuevos fenómenos.
Si por un lado, esto significa aceptar que estamos ante la continua expansión de las expresiones de reificación (amplificación claramente observada entre los autores antes mencionados), por otro lado Honneth evita que su actualización dependa del concepto de “racionalización”: sólo podemos seguir utilizando hoy el concepto de reificación para explicar formas de dominación y subjetivación socialmente comprensibles, si abandonamos la idea central, decisiva para casi toda la teoría crítica de Lukács hasta la fecha, de la “racionalización como reificación”.
Desde el primer momento, el esfuerzo por actualizar el concepto de reificación indica que la estrategia de cimentación que utilizó Lukács resultaría hoy insatisfactoria para una comprensión crítica más adecuada de los procesos sociales en su complejidad. Al situar el fenómeno de la reificación como consecuencia del «fetichismo de la mercancía», Marx tenía ya ante sus ojos la experiencia de un capitalismo relativamente avanzado, como el que surgió en Europa en el siglo XVIII, en el que los procesos de producción, llevados a un alto grado de desarrollo, crearían relaciones impersonales de socialización.
Siguiendo a Marx, Lukács también partió fundamentalmente del fenómeno de la expansión del intercambio de mercancías para sustentar la tesis central sobre la causa social del incremento de la reificación. Tan pronto como los sujetos comenzasen a regular sus relaciones con otros hombres principalmente a través del intercambio equivalente de mercancías, se verían obligados a relacionarse con el mundo que los rodea y con las otras personas adoptando una actitud cosificante. Los sujetos que viven inmersos en el proceso de reificación resultante de las sociedades capitalistas, percibirían los elementos de una situación dada sólo desde el punto de vista del beneficio que podrían conseguir según su propio cálculo utilitario egoísta.
Es en este sentido que, por un lado, el fenómeno de la reificación deriva esencialmente de la cuestión del fetichismo de la mercancía. Por otro lado, sin embargo, el diagnóstico sobre la generalización de la reificación en el capitalismo moderno sólo adquiere un fundamento adecuado cuando Lukács une la tesis marxista del fetichismo a la tesis weberiana de la racionalización: en la modernidad la racionalización ha extendido a otras esferas sociales (no solo la económica) el patrón de modos de comportamiento indiferentes y egoístas, desarrollando la producción de acciones cosificadoras.
Para Lukács, esta influencia decisiva del fenómeno de la reificación en el conjunto de la sociedad se daría en tres dimensiones. En el intercambio de mercancías, los sujetos se ven forzados recíprocamente a percibir los objetos existentes en el mundo que los rodea sólo como «cosas» potencialmente rentables. También ven a su contraparte en la interacción social simplemente como el «objeto» de una transacción lucrativa; además, no consideran sus propias facultades y cualidades personales desde el punto de vista de la autorrealización, sino sólo como «recursos» objetivos para el cálculo de las oportunidades de lucro. Todas las relaciones se abstraen en su singularidad cuando se integran en un principio de racionalización basado en el cálculo. Aunque podemos encontrar diferentes matices entre las tres dimensiones (la del mundo objetivo, de la sociedad, y del propio “yo”), Honneth observa que el análisis de Lukács se concentraría en una ontología de fenómenos estrictamente capitalistas, de los que resultaría todo el proceso social.
La dificultad, según Honneth, no consistiría en la pretensión de analizar los momentos de la reificación en los comportamientos más simples de la vida cotidiana, sino en la pretensión de analizarlos como cantidades económicamente utilizables, sin tener en cuenta el que está relacionado con objetos del mundo circundante, con otras personas o con sus propias habilidades y sentimientos. En otras palabras, la representación de la reificación como “segunda naturaleza” tendría que abarcar nuevos fenómenos cuando precisamente se trasladara a esferas de acción no económicas, y cuando se investigara desde la dinámica de interacciones sociales consideradas intersubjetivamente.
Entonces, ¿dónde tendríamos que mirar en el propio análisis de Lukács, para emprender una reformulación del concepto de cosificación? Honneth cree que lo más importante sería considerar los análisis lukacsianos que se centran en las transformaciones y cambios de comportamiento que experimentan los propios sujetos: sería posible notar en el propio Lukács elementos que permiten identificar comportamientos típicos en los que los sujetos ya no participarían activamente en los procesos de su mundo circundante, sino que se colocarían en la perspectiva de un observador neutral que no se ve afectado psíquica o existencialmente por los eventos.
Así, el propio Lukács ya demostraría de alguna manera que el sujeto que adopta el rol de intercambiante empieza a comportarse como un espectador meramente contemplativo e indiferente, y este tipo de comportamiento o patrón de acción podría encontrarse en varias otras dimensiones intersubjetivas, no limitadas a los fenómenos de intercambio en el mercado capitalista o al ámbito de la producción: las actitudes consideradas cosificantes, extienden a otros dominios de socialización conductas indiferentes, pasivas y meramente contemplativas, en contraposición a las actitudes comprometidas y participativas en las interacciones sociales entre seres humanos.
Con la palabra “contemplación”, explica Honneth, quiere subrayar aquí no tanto una postura de introspección teórica, sino una actitud de observación indulgente y pasiva; y la «indiferencia» debe significar que el sujeto agente ya no se ve afectado existencialmente por los hechos, pero también que, incluso al observarlos, no se relaciona con ellos mostrando ningún tipo de interés o compromiso. Por tanto, bajo el término reificación Lukács entendería el hábito o costumbre que corresponde a un comportamiento meramente contemplativo, en cuya perspectiva el mundo natural circundante, el mundo de las relaciones sociales y el potencial constitutivo de la personalidad, serían aprehendidos solo con indiferencia y de manera afectivamente neutra; es decir, como si poseyeran las cualidades de una “cosa”.
Pero según Honneth, aún queda por investigar un paso decisivo. Si Lukács se refiere a un comportamiento anómalo, que puede caracterizarse como una distorsión -por así decirlo-, de la actitud comprometida de los sujetos en sus relaciones intersubjetivas, entonces ciertamente su teoría también presupone algo como una praxis genuina, a partir de la cual las formas cosificantes de acción pueden compararse y criticarse. Honneth subraya así aquellos pasajes del texto de Lukács donde se atribuye al sujeto activo y cooperativo una praxis humana original y verdadera, pero que sufre una cierta transformación, motivada por diversas limitaciones sociales, por lo que el carácter comprometido de la conducta se torna contemplativo e indiferente. En otras palabras, Lukács parece tener que asumir una forma comprometida de praxis humana, de la que podemos distinguir la reificación como una praxis deficiente.
El mantenimiento de esta diferencia constitutiva entre dos formas de praxis humana -la comprometida y la cosificada- es fundamental para que la teoría conserve un punto de vista crítico inmanente a las prácticas sociales mismas. Sin embargo, aunque Lukács no fusiona la oposición entre la conducta cosificadora y la praxis comprometida con alguna perspectiva moral, tampoco permite esclarecer el presunto punto de vista normativo que orienta su denuncia de la reificación social basada en esa diferenciación. La explicación de este punto de vista normativo que opera sobre el concepto de reificación, será una de las principales tareas de la reformulación crítica de Honneth.
En lugar de pensar en la reificación sólo según la descripción de la producción alienada del objeto por un sujeto que ha sido excluido del colectivo, Honneth insiste en utilizar los pasajes del texto de Lukács en los que la presunta praxis genuina se entiende como una actitud intersubjetiva. Lukács también estaría preocupado por la cualidad intersubjetiva que precede a los comportamientos, y que en el corazón de su argumento forma el patrón que servirá de contraste para la determinación de una praxis reificante. El punto de vista intersubjetivo puede así brindar una medida a partir de la cual podríamos diagnosticar que el intercambio de mercancías daría lugar a una pérdida de interés y participación de los sujetos; es decir, permitiría contrastar una actitud intersubjetiva y la determinación de una praxis reificante. Ahora, es precisamente esta actitud intersubjetiva -caracterizada por la participación comprometida y el compromiso existencial, en contraste con la mera contemplación e indiferencia- la que Honneth fundamentará, sobre la base de su teoría del reconocimiento.
El papel de la categoría de reconocimiento en el argumento de Honneth consiste en cumplir con un supuesto importante no desarrollado por Lukács. No quedaría claro a partir de la base lukacsiana en qué se asienta la primacía de esta praxis participativa originaria, que se perdería en el momento en que el sujeto comience a comportarse de forma cosificada. Para llenar este vacío en el razonamiento, esta disposición previa al compromiso debería gozar de una primacía tanto ontogenética como conceptual, de modo que la reificación pudiera, por un lado, ser descrita como distorsión de una praxis genuina, y por el otro hacer posible, junto con su diagnóstico, también su crítica y superación.
Honneth, utilizando conceptos ya presentes en Martin Heidegger y John Dewey, busca fundamentar la tesis de que, en la relación del sujeto consigo mismo y con su entorno, una postura de reconocimiento tiene precedencia ontogenética y categorial en comparación con todas las demás actitudes. Toda aprehensión de la realidad estaría ligada a una forma de experiencia en la que todos los datos existentes sobre una situación serían, en principio, cualitativamente accesibles desde la perspectiva de la participación afectiva. Honneth interpreta este tipo de experiencia cualitativa, proveniente de todas nuestras experiencias, como una característica esencial de proximidad, de no distanciamiento, y de compromiso práctico con el mundo; es decir, como una interacción primaria opuesta a la actitud egocéntrica, egocéntrica y neutra. Por tanto, el reconocimiento expresaría esta original forma de relación y preocupación existencial con el mundo que solo un acto de distanciamiento e indiferencia podría separar.
De ahí que, a las formas de acción sensibles al reconocimiento, podemos oponer conductas en las que ya no están presentes las huellas del reconocimiento previo. La conducta meramente contemplativa u observadora se caracteriza por la indiferencia cuando ya no somos conscientes de su dependencia del reconocimiento previo. En este caso, el mundo social aparece como una totalidad de objetos meramente observables en los que faltarían motivaciones existenciales y sensaciones psíquicas afectivas: así, desarrollamos una tendencia a olvidar que el reconocimiento sería constitutivo de las experiencias intersubjetivas, y a percibir a otros hombres simplemente como objetos cuanto más nos acostumbramos a dejar de lado todo vestigio de un compromiso afectivo.
Según Honneth podemos llamar reificación a este olvido del reconocimiento, si entendemos con ello el proceso por el cual, en nuestro conocimiento de otros seres humanos y en la forma en que interactuamos con ellos, ya no somos conscientes de que ambos son tributarios de un compromiso y reconocimiento previos. Es este momento de olvido, entendido como una especie de “amnesia”, que Honneth destaca como una nueva determinación del concepto de reificación. En la medida en que, en el proceso de interacción social, perdemos la disposición original de reconocimiento, desarrollamos una percepción cosificada en la que el mundo intersubjetivo es aprehendido solo con indiferencia y de manera afectivamente neutra.
Si el núcleo de la reificación reside en el descuido del reconocimiento, entonces la tarea fundamental de la teoría crítica será buscar sus fuentes sociales en las prácticas y mecanismos que posibilitan y perpetúan sistemáticamente tal olvido. En el caso de Lukács en particular, las coacciones económicas podrían conducir a la negación de los rasgos propiamente humanos de las personas. Su mirada estaba tan orientada hacia los efectos del intercambio capitalista de mercancías, que no consideró otras fuentes sociales de reificación.
Sin embargo, para Honneth los seres humanos pueden adoptar en diversas ocasiones una conducta cosificadora al perder de vista el reconocimiento previo, y esto en razón de dos causas generales: al formar parte de una praxis social en la que la mera observación del otro se convirtió en un fin en sí mismo, extinguiendo toda conciencia del compromiso existencial de la socialización precedente; o al encauzar sus acciones a través de un sistema ideológico de convicciones que es cosificante, forzando hacia la posterior negación del reconocimiento originario.
La traducción que el público brasileño ahora tiene ahora en sus manos consiste en la edición ampliada, que además del texto original de Honneth, incluye tanto las críticas de Judith Butler, Raymond Geuss y Jonathan Lear a la actualización honnethtiana de la reificación, como la réplica del propio autor. A partir de la discusión planteada por el libro de Honneth, es evidente que la originalidad y la fuerza de su tesis sobre la reificación como olvido del reconocimiento, también plantea problemas difíciles y cruciales para cualquier intento de la teoría crítica de comprender las formas de subjetivación de la dominación en el presente.
(Traducido del portugués por Guillermo Rochabrún)
Referencia:
Axel Honneth. Reificação: Um estudo de teoria do reconhecimento. Tradução e apresentação: Rúrion Melo. São Paulo: UNESP. Fuente: https://aterraeredonda.com.br/reificacao/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=reificacao&utm_term=2020-12-17
Imagen: «Reification», del colectivo Nevercrew